Es curioso cómo entendemos ese gran desconocido que es el amor. Mucho se ha hablado y se habla sobre él. Nos atrevemos a categorizarlo e incluso a subdividirlo según a quién vaya dirigido y de dónde proceda. Distinguimos entre tres grandes grupos de amor: el fraternal (entre hermanos y amigos), el parental ( entre padres e hijos) y el de la pareja. Con respecto a este último tipo, el investigador John Alan Lee (1977) definió seis tipos de amor de pareja usando palabras en griego: Eros (amor romántico), ludus (amor lúdico), storge (amor amistoso), manía (amor obsesivo), pragma (práctico), ágape (desinteresado, busca el bienestar del otro). Sobre estas etiquetas del amor en pareja se ha trabajado desde el punto de vista psicológico para comprender la interacción de las relaciones afectivas de los miembros de la pareja. El doctor en neurociencia Eduardo Calixto (2018) explica de forma fácil para comprender las transformaciones a nivel neuronal que el cerebro realiza cuando el individuo vivencia el enamoramiento. Desde un punto de vista de la neurobiología se define al amor como un proceso químico que ocurre cuando se liberan determinadas hormonas y los neurotransmisores se ven involucrados en un proceso cerebral extraordinario que nos produce generalmente placer. Así explica tanto el enamoramiento como el proceso de desamor. Si solamente fuera un proceso fisiológico o mental, entonces me pregunto: ¿dónde residen las emociones que encarnan el amor?.
Esta forma de teorizar, nos ayuda a comprender la palabra de significado tan extenso como es el amor desde nuestro pensamiento. Por tanto, una vez utilizado el campo mental para poner orden en las ideas relativas al concepto teórico, intuimos que no es suficiente ya que un granaluvióndeemocionesseacumulancuandohacemosreferenciaalamor.Elmédico quiropráctico llamado Joe Dispenza (2014) propone el efecto placebo a través de la activación mental y emocional por el propio convencimiento de poder cambiar una realidad. En este sentido, las técnicas de meditación ayudan en gran medida a equilibrar las diferentes emociones que sentimos cuando estamos enamorados. El estado de enamoramiento cambia perceptiblemente el prisma desde donde percibimos nuestra realidad. El estado de bienestar, incluso euforia que vivimos cuando estamos en el pleno proceso bioquímico del enamoramiento, nos lleva a la capacidad, a través del placebo (el cual sería: el mantener la relación con la persona amada, sentirse correspondido en el sentimiento entre otros más) de auto sanarnos, como así explica el prestigioso cirujano por la Universidad de Harvard, Dr. Alonso Puig en su conferencia (2017).
En los dos párrafos anteriores he mostrado un brevísimo esquema en el que se conceptualiza el término amor, desde una visión científica y por lo tanto fácilmente asimilable por todo lector. Considero que el mundo construido sobre las creencias preestablecidas, se ha de hacer una labor de deconstrucción de muchas de ellas que nos limitan para poder avanzar en la expansión de nuestra propia conciencia.
Es cierto que el amor como tal puede ser estudiado científicamente a través de los efectos fisiológicos que produce en nuestro cerebro y así en nuestro torrente hormonal. También la psicología y la filosofía tipifican el amor para poder comprenderlo a nivel de procesos cognoscitivos.
El amor es mucho más que todo eso.
El amor es un concepto abstracto para nuestra mente limitante que intenta ajustarlo a experiencias previas vividas, sin darse cuenta que cuanto más lo intenta ajustar a una realidad previamente experimentada, más posibilidades de fracaso se presentan ya que la mente actúa en patrón repetitivo de conducta. No es buena idea enclaustrar al amor dentro de nuestro cuerpo mental. Por otra parte, también hemos aprendido el amor requiere de sufrimiento ya que uno ha de entregarse al otro para poderlo complacer en cualquier aspecto que uno elija dentro de la propia relación. Esto nos lleva sin más, a las relaciones tóxicas y de abuso de poder. Muy lejos queda el equilibrio de fuerzas dadoras que manifiestan el amor. La mayoría de las personas pretenden encontrar el amor fuera de ellas e identifican mentalmente el amor con las emociones que resultan de sus diferentes relaciones familiares, amistad y de pareja. De este modo, generalmente lo que se consigue es depositar las expectativas de lo que uno pretende recibir al mantener una relación con una persona. Obviamente se produce un gran fracaso ya que en general las expectativas no pueden ser cumplidas por el otro ya que no existe un equilibrio en la propia relación. nos han enseñado culturalmente y lo tenemos impreso en nuestro mapa celular, a que se ha de mendigar el amor.
Mi propia visión del AMOR va más allá de la comprensión del mismo desde la mente, las emociones y sentimientos. No queda englobado en ninguno de los parámetros convencionales de medición genérica que lo único que hacen es mostrar las consecuencias del desequilibrio en el uso inconsciente del amor.
Como amamos, somos amados. Efectivamente, no me refiero a una persona externa identificada como: el otro, si no a nuestro propio “alter ego” en su concepto espiritual. Es decir; el reflejo de nosotros mismos desde una visión depurada, la cual solamente se puede obtener cuando nos mantenemos centrados y serenos desde la quietud de nuestro plexo solar conectado al amor universal. En ese momento amamos a nuestro “alter ego” el cual a modo de espejo refleja lo que le hemos proyectado, así el corazón energético se expande y nos sentimos amados.
El amor es ilimitado, contagioso, orgánico, flexible, en constante expansión, dador, compresor de partículas cristalinas de luz pura, explosión permanente y contagioso de serenidad. En definitiva: SUBLIME. Todo lo que cada uno de nosotros en esencia somos. Atrévete a experimentarlo en TÍ.
Lilian Marín
20 de septiembre 2022
Alonso, M. (2017, 28 de Septiembre), El amor y el sentido de pertenencia.[Paper presentation]. [Paper presentation] Integra Foundation. Madrid.
Calixto,E.(2018), Amor y desamor en el cerebro / Love and Lack of Love in the Brain.Ed. Pinguin
Dispenza, J.(2014), You are the placebo: Making your mind matter. Hay House Ed. Lee, J.A. ( 1977 ). The Colors of Love.Ed. New Press.